Mientras turistas y veraneantes descansan y se divierten, el equipo del Hospital Doctor Elías Médici trabaja más que nunca. Los 10 días pasados han sido sumamente estresantes para el principal centro sanitario de los Valles tucumanos. Los cortes de la ruta 307 obligaron a planificar derivaciones especiales para cuatro pacientes graves: un par de ellos voló en helicóptero el miércoles 22 de enero mientras que los otros dos hicieron trasbordos por vía terrestre el lunes a la madrugada.
En ese momento, la guardia transitaba la máxima agitación de la última década. Los operativos y recaudos permitieron hasta aquí sortear los derrumbes sin víctimas mortales. “Estamos viviendo una situación muy atípica”, evaluó el director Alejandro Bonari en presencia del administrador Martín Montagner y del ingeniero a cargo de las telecomunicaciones, Ariel Fernando Chaile.
Las tormentas de hace una semana volvieron a obstruir el camino como hacía años no ocurría. “Al menos ocho”, calculó Bonari. En esas circunstancias inciertas, el personal del Hospital y el Ministerio de Salud de la provincia organizaron el traslado por medio del helicóptero sanitario de una mujer mayor con un accidente cerebrovascular y de un niño de 10 años con una apendicitis aguda tras descartar una derivación por tierra vía Salta. Las autoridades del Médici relataron que la nave aterrizó el miércoles en el campo de polo (kilómetro 60), y que en el operativo coordinado con la Dirección de Emergencias a cargo de Francisco Barreiro participaron agentes municipales y policiales, y los bomberos.
El lunes a la madrugada el escenario era otro. No sólo estaba bloqueada la ruta 307 para bajar hacia los hospitales de la ciudad, sino que tampoco estaba habilitada la conexión con Salta por medio de Amaicha del Valle y de Cafayate. Además, era de noche, llovía y el cielo estaba encapotado.
Bonari, Montagner y Chaile comentaron que el helicóptero no podía descender en esas condiciones meteorológicas tan adversas. Las autoridades del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) analizaron que, a diferencia del 21 de enero, el derrumbe no había “borrado” la calzada, sino que sólo la invadía considerablemente.
Entonces optaron por armar un trasbordo con ambulancias: dos partieron desde Tafí y otras dos hicieron lo propio desde el llano, y se encontraron en el corte. Con ayuda de camastros, los médicos y auxiliares pasaron a pulso a los enfermos: un bebé de 18 días con dificultades respiratorias y un joven de 16 años con una bronconeumonía.
La vida primero
Mientras llevaban adelante el procedimiento de derivación con trasbordo incluido, la guardia atendía la demanda más intensa que se recuerde. Ocurre que, entre los afectados por el derrumbe, estaba el contingente de nueve colectivos y 580 pasajeros que había subido a pasar el domingo. Estos excursionistas fueron alojados en el Cuartel de Bomberos (donde la llamada subida o bajada del Hospital -avenida San Martín- se encuentra con la ruta 307) y demandaron asistencia de la institución que dirige Bonari, como la dotación de frazadas y de un pequeño servicio de enfermería.
Más allá de estos turistas varados estaban todos los demás que no habían podido bajar justo cuando la “operación retorno” se ponía más densa. Montagnaro, Chaile y el director acotaron que el fin de semana anterior había habido festivales en Santa María y en La Ciénaga, además de la Fiesta del Quesito, que terminó suspendida, y otras actividades deportivas. Pese a la presión, el Hospital no colapsó. “Salimos adelante bien. Yo nunca había tenido algo de esta magnitud”, expresó Bonari.
Mal dormidos, pero en pie después del epílogo tenso del domingo, los responsables del centro sanitario tafinisto informaron que la ministra Rossana Chahla les había ordenado mantener la política de derivaciones de pacientes graves durante los cortes. En el Médici resuelven la mayoría de los problemas; practican cirugías de mediana complejidad y envían a los enfermos que superan sus posibilidades a los hospitales grandes.
“El sistema está organizado así. La ministra me instruyó que sí o sí hiciéramos todo lo posible para salvar las vidas en peligro”, dijo Bonari, quien agregó que durante las interrupciones del tránsito había habido una comunicación permanente con el Ministerio y el Siprosa.
En la Dirección aseguraron que el Hospital se preparó para una temporada excepcionalmente convocante por la crisis económica y está en condiciones de afrontar episodios como los que generó el bloqueo de la 307.
“La gente ha optado más por venir a Tafí del Valle. Nosotros también hemos reforzado las prestaciones con mayor personal para la guardia, la enfermería y la kinesiología durante enero, febrero y marzo. Tenemos servicio de urgencia y traumatología con radiología durante las 24 horas, y brindamos casi todas las especialidades”, precisó Bonari. Y añadió que la ministra había aumentado el fondo de funcionamiento mensual, aunque prefirió no dar detalles sobre montos.
La red sanitaria consta, además del Hospital, de nueve centros de atención primaria de la salud (CAPS) y de la Policlínica de El Mollar. “Nos hemos aprovisionado de oxígeno, materiales descartables y medicamentos para dar abasto hasta mediados de febrero. Estamos muy bien equipados”, informó Montagner.
El ingeniero Chaile subrayó la infraestructura en cuanto a las telecomunicaciones: “disponemos de equipos de radio, telefonía y un buen servicio de internet que nos permite usar la historia clínica digital, además de hacer videoconferencias”. A estos bienes se suman cuatro ambulancias afectadas en forma permanente al Hospital y la Policlínica, y dos vehículos para traslados programados, además de las camionetas acondicionadas para emergencias médicas que refuerzan la plantilla cuando hay acontecimientos específicos, como carreras de motocross y fiestas populares.
“Estamos bien parados para responder, pero no podemos llamar al helicóptero cada 10 minutos”, advirtió Bonari. Y en un contexto de ruta inestable y frágil, llamó a la comunidad a no tomar riesgos innecesarios que empañen las vacaciones, como viajar con recién nacidos o andar en moto sin casco.